No somos criminales. Una historia sobre la intemperie migratoria
Tras la pandemia de 2020, la situación migratoria creció de manera exponencial debido a la inestabilidad económica que este fenómeno suscitó en distintos países. Esto trajo como consecuencia la falta de oportunidades laborales para distintas personas en sus lugares de origen, las cuales, en su angustia por buscar alguna estabilidad, tuvieron que salir hacia otros lugares, como los Estados Unidos, para intentar obtener mejores condiciones de vida.
Ejemplo de esto es Colombia, país cuyo flujo migratorio creció de manera exponencial durante el 2021 y el 2022, pues de acuerdo con la CNN “entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, más de 120.000 colombianos han sido detenidos en la frontera sur de EE.UU., según la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), un aumento de más del 2.000% con respecto al año fiscal anterior, cuando se encontraron 6.202 colombianos”.
Con la finalidad de acercarse a las personas que han sido detenidas por algún Centro de Detención en Estados Unidos y que han sido liberadas bajo fianza, Subversivo se ha puesto en contacto con Liliana, una mujer colombiana a quien se le apoyó para poder salir de detención migratoria, y quien accedió a tener una charla para conversar sobre su experiencia en este tema.
Fue un proceso muy duro todo esto, pero gracias a Dios me fue bien [...] ¿Qué cuáles fueron mis motivos para salir de mi país?, la carencia de oportunidades laborales, a mi edad ya nadie te contrata.
Liliana es una mujer de 43 años, tiene dos hijos menores de edad y llegó a los Estados Unidos el 02 de noviembre de 2022. Fue detenida en Arizona por inmigración y posteriormente trasladada al Centro de Detención de Eloy en donde permaneció diecinueve días, hasta que fue liberada tras imponerle una fianza de $3000 dólares.
A diferencia de muchos casos más sobre personas migrantes provenientes de Latinoamérica, Liliana ya había estado en los Estados Unidos durante el 2020. En ese año la colombiana consiguió una visa de trabajo y se dedicó a ser dama de compañía de una mujer de la tercera edad. No obstante, al regresar a Colombia y querer tramitar nuevamente una visa de trabajo ésta se le fue denegada en dos ocasiones y por ello decidió probar suerte y cruzar la frontera sin documento legal alguno:
Yo sé que no fue lo correcto, (menciona Liliana respecto al haber cruzado de manera ilegal la frontera) por ello tuve que afrontar las consecuencias, uno mismo es dueño de sus propios actos, y tuve que estar en detención diecinueve días por esto. Sin embargo, desde el punto de vista personal, uno tiene el derecho de intentar progresar en la vida.
Para lograr su llegada a los Estados Unidos muchos migrantes optan por realizar un “pago de servicios” a las personas denominadas “coyotes”, quienes se dedican a facilitar el paso y salida a los migrantes de un país hacia otro. Para agilizar su objetivo, Liliana decidió pagar $2000 dólares a un grupo de estas personas para que le ayudaran a pasar México vía terrestre sin ningún problema con migración u alguna otra autoridad en ese país.
Si te soy sincera no recuerdo por dónde ni cómo atravesamos México, solamente sé que llegué a Sonora y de ahí tomé rumbo hacia Arizona. Estas personas nos transportaron en una van, éramos un total de ocho personas. No pude alcanzar a ver mucho, todo era muy oscuro y discreto. Sólo hubo un retén, lo único que alcancé a percatarme fue que uno de estos hombres a quienes le pagamos se bajó, habló con los policías de México y después se subió nuevamente a la camioneta y seguimos el camino.
Una vez entregada a las autoridades migratorias de Estados Unidos, Liliana fue canalizada al Centro de Detención de Eloy, Arizona. Ahí, por instrucción protocolaria ella y otras personas permanecieron en cuarentana por diez días, lo anterior en seguimiento de las medidas para combatir el contagio por Covid-19.
Durante estos días estuvimos aislados de todos, totalmente encerrados. Después de eso nos permitieron integrarnos el área general en donde podíamos salir a tomar el sol y realizar actividades al aire libre.
Durante los primeros tres días en Eloy Liliana estuvo en una habitación grande junto con otras doce personas, el lugar no tenía camas, ni sábanas o algún otro espacio para dormir: tuvimos que dormir unos encima de otros, fue algo difícil porque solamente había un baño para tantas personas, menciona.
Yo todo el tiempo casi me la pasé llorando, en ese momento yo quería que me devolvieran. Yo sé que cruzar sin documentos estuvo mal pero tampoco le estamos haciendo mal a nadie, hubo momentos en los que nos hicieron sentir como delincuentes y la verdad es que en ningún momento lo hemos sido, si venimos de esta manera es por pura necesidad.
Fue el diecinueve de noviembre del 2022 cuando Liliana logró salir bajo fianza del Centro de Detención de Eloy: diversas compañeras de Eloy me comentaron de ustedes y el servicio legal que ofrecen, decidí mandarles su número a mis familiares y ellos se encargaron de apoyarme también. Estoy muy agradecida con Subversivo porque el procedimiento fue muy rápido, más de lo que yo esperaba, fue una sorpresa cuando me dijeron que ya estaba todo listo.
Como muchas otras personas migrantes indocumentadas, Liliana está a la espera de la resolución en su juicio, el cual tendrá lugar en octubre de 2023. Actualmente se dedica a hacer algunos labores domésticos para poder solventar gastos personales, así como aprender inglés a través de aplicaciones móviles. Menciona que este tiempo ha sido difícil, pues no tiene certidumbre alguna sobre qué sucederá con su caso: pese a estar en libertad uno se siente atrapado e incluso amedrentado, no somos nadie, no tengo ninguna identificación y pareciera como si estuviera a la intemperie, en un lugar que me resulta extraño, pero con la esperanza de poder salir adelante.
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